Los CIO de petróleo y gas apuestan por la nube distribuida

La nube distribuida figura entre las 5 principales prioridades tecnológicas de casi el 90% de los directores de sistemas de información del sector del petróleo y el gas.

A medida que se acelera la transformación digital en el sector del petróleo y el gas, los agentes del sector se orientan hacia formas más nuevas y eficientes de garantizar la competitividad del mercado, la rentabilidad y la sostenibilidad medioambiental. Pasarse a la nube es más importante que nunca. Sin embargo, ya no se trata solo de cambiar a la nube; para estas empresas, el futuro parece apuntar hacia un marco de nube distribuida.

¿Qué es la nube distribuida?

La nube distribuida es un modelo en el que los servicios en la nube se distribuyen a diferentes ubicaciones físicas, pero el funcionamiento, la gobernanza y la evolución siguen siendo responsabilidad del proveedor de la nube pública. A diferencia de los modelos de nube tradicionales que actualmente impulsan la transformación digital en el sector del petróleo y el gas, la nube distribuida se extiende por múltiples ubicaciones, a veces incluso en el borde, más cerca de donde se generan y consumen los datos.

¿Por qué la nube distribuida es atractiva para el sector del petróleo y el gas?

Según Gartner, casi el 90% de los directores de sistemas de información del sector del petróleo y el gas pretenden implantar un marco de nube distribuida en su organización de aquí a 2025.

La nube distribuida figura entre las cinco principales prioridades tecnológicas para 2025 en el sector del petróleo y el gas.

A continuación se enumeran varias ventajas de la nube distribuida que la hacen vital para la digitalización de la industria del petróleo y el gas.

Proceso de datos localizado

Las operaciones de petróleo y gas suelen abarcar vastas extensiones geográficas, desde lugares de perforación remotos hasta oleoductos que atraviesan continentes. Con la nube distribuida, los datos pueden procesarse más cerca de su origen, lo que permite obtener información y respuestas más rápidas.

En un modelo de nube distribuida, las aplicaciones en la nube no se alojan en un único centro de datos centralizado. En su lugar, se distribuyen y despliegan en múltiples ubicaciones geográficas o nodos. Esto puede abarcar desde centros de datos regionales hasta ubicaciones periféricas más cercanas a los usuarios finales o a las fuentes de datos.

Latencia mejorada

Con el software más cerca de la fuente de datos (por ejemplo, dispositivos IoT en una configuración industrial), el procesamiento puede realizarse localmente. Al situar el software más cerca de los usuarios finales, las configuraciones de nube distribuida pueden ofrecer tiempos de carga más rápidos y una mejor experiencia de usuario, especialmente para aplicaciones sensibles a la latencia. A medida que el análisis de datos en tiempo real se vuelve cada vez más crucial para la supervisión y la toma de decisiones, la latencia reducida que ofrece la nube distribuida puede marcar una diferencia tangible en las operaciones.

Seguridad reforzada

Las arquitecturas distribuidas pueden ofrecer potencialmente una mayor seguridad, ya que las violaciones de datos en un sitio no comprometerán necesariamente todo el sistema. Aunque el software esté distribuido, las actualizaciones, los parches y las actividades de mantenimiento se coordinan de forma centralizada. Esto garantiza que todos los nodos ejecuten la misma versión de software y reciban las actualizaciones simultáneamente o de forma escalonada.

Cumplimiento de la normativa

En algunas regiones, la normativa sobre residencia de datos exige que determinados tipos de datos permanezcan dentro de las fronteras nacionales o regionales. La nube distribuida puede ayudar a las empresas a cumplir estas normativas más fácilmente.

Flexibilidad y escalabilidad

Distribuir el software entre varios nodos introduce naturalmente la redundancia. Si un nodo falla, el tráfico o las tareas pueden redirigirse a otro nodo activo, garantizando una disponibilidad continua. Con los recursos más cerca de las fuentes de datos, las empresas pueden ampliar o reducir más fácilmente su infraestructura en función de sus necesidades operativas sin tener que revisarla por completo.

Sostenibilidad medioambiental

Dada la creciente presión sobre las empresas de petróleo y gas para que adoptar prácticas sosteniblesLa nube distribuida también tiene una vertiente medioambiental. Al procesar los datos localmente, hay a menor necesidad de transmisión de datos, lo que a su vez puede reducir el consumo de energía. Es un pequeño paso, pero en un sector sometido a escrutinio por su impacto ambiental, todo ayuda.

Retos de costes en la nube distribuida

Aunque el modelo de nube distribuida aporta muchas ventajas, no se traduce automáticamente en una reducción de costes. La naturaleza distribuida de esta configuración introduce retos únicos que pueden aumentar los gastos si no se gestionan de forma eficiente. Aquí es donde la optimización de los costes de la nube y la gestión de las licencias de software son fundamentales.

Múltiples lugares de implantación

A diferencia de los modelos tradicionales de nube centralizada, la nube distribuida implica desplegar infraestructura y software en múltiples ubicaciones. Cada una de estas ubicaciones conlleva su propio conjunto de costes, desde la configuración y el mantenimiento de la infraestructura hasta el cumplimiento de la normativa local.

Transferencia y sincronización de datos

La nube distribuida requiere frecuentes transferencias de datos entre nodos para garantizar la coherencia y la integridad de los datos. Estas transferencias, especialmente cuando se realizan a través de grandes distancias o entre numerosos nodos, pueden acarrear importantes costes de transferencia de datos.

Recursos redundantes

Aunque la redundancia garantiza una alta disponibilidad y resistencia, también puede significar que los recursos se infrautilicen ocasionalmente. Pagar por recursos ociosos puede aumentar significativamente los costes operativos.

Dadas estas posibles repercusiones en los costes, resulta evidente la necesidad de centrarse en la optimización de los costes de la nube y la gestión de las licencias de software.

Optimización de costes en la nube distribuida

La optimización de los costes de la nube es el proceso de ajustar el uso de los recursos de la nube, garantizando que se obtiene el máximo valor por lo que se gasta. En un contexto de nube distribuida, esto significa:

Dimensionamiento correcto de los recursos: Garantizar que cada nodo o ubicación dispone del número justo de recursos -ni demasiados ni demasiado pocos- en función de su carga de trabajo.

Supervisión y análisis: Uso de herramientas de supervisión para realizar un seguimiento del uso y los gastos en todos los nodos, comprender dónde se incurre en costes e identificar posibles ahorros.

Escalado automático: Implementación de herramientas que pueden ampliar o reducir automáticamente los recursos en función de la demanda, lo que garantiza que solo se paga por lo que se utiliza.

Gestión de la transferencia de datos: Programar y gestionar estratégicamente las transferencias de datos para evitar las horas punta de tarificación o aprovechar las conexiones dedicadas que puedan ofrecer mejores tarifas.

Gestión de licencias de software: Una pieza integral del rompecabezas

A medida que las estructuras distribuidas en la nube se vuelven más complejas, el software que se ejecuta en ellas también lo hace. La gestión de licencias de software para aplicaciones basadas en la nube es esencial por varias razones:

Evite el exceso de aprovisionamiento: Adquirir más licencias de las necesarias u optar por licencias premium cuando con las básicas sería suficiente puede generar gastos innecesarios.

Cumpla la normativa: En una configuración distribuida, garantizar que todo el software tiene la licencia correcta se vuelve más complejo. El incumplimiento puede acarrear cuantiosas multas y repercusiones legales.

Control del uso: Al conocer qué software se utiliza, dónde y con qué frecuencia, las empresas pueden tomar decisiones informadas sobre renovaciones, actualizaciones o posibles descensos.

Negociar mejores acuerdos: Con datos de uso precisos, las empresas pueden negociar mejores condiciones o acuerdos a gran escala con los proveedores de software.

El objetivo final: un ecosistema de nube distribuida optimizado

La nube distribuida ofrece una serie de ventajas, pero no está exenta de dificultades. Si no se controla, los costes pueden dispararse. Sin embargo, con un enfoque estratégico centrado en la optimización de los costes de la nube y una gestión diligente de las licencias de software, las empresas petroleras y de gas pueden liberar su inmenso potencial sin mermar sus finanzas. La clave está en comprender los matices de la nube distribuida, supervisarla continuamente y tomar decisiones con conocimiento de causa.

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